Papás Fritas Bélgica: origen, receta y tips para un crujido perfecto
¿Te has preguntado por qué las papas fritas de Bélgica son tan famosas? No es solo la forma de cortar o el aceite que usan; hay historia, tradición y una técnica que cualquier amante de la buena comida puede replicar en casa.
Historia de las papas fritas en Bélgica
Todo empezó en los siglos XVIII‑XIX cuando los pescadores de la costa del Mar del Norte empezaron a freír pequeños trozos de pescado. Cuando el clima no les permitía pescar, reemplazaban el pescado por patatas cortadas en tiras finas y las freían dos veces para que quedaran doradas y crujientes. De ahí nació lo que hoy conocemos como "frites".
Con el tiempo la receta se popularizó en los cafés de Bruselas y Amberes, convirtiéndose en un acompañamiento esencial de platos típicos como el moules‑frites (mejillones con papas). La gente empezó a servirlas en conos de papel y a ofrecer una gran variedad de salsas.
Cómo preparar papas fritas al estilo belga
La clave está en dos pasos: el primer baño a baja temperatura para cocinar la patata por dentro, y el segundo baño a alta temperatura para dorar y lograr ese crujido inigualable. Aquí tienes una guía rápida:
- Elige la papa adecuada. Las variedades con alto contenido de almidón como la Russet o Bintje son perfectas.
- Corta en bastones. Busca un grosor de 1‑2 cm, no demasiado finos para que mantengan su forma.
- Lávalas y sécalas bien. Elimina el exceso de almidón y seca con un paño limpio.
- Primer baño. Fríe a 150 °C durante 5‑6 minutos. No busques color, solo cocción interna.
- Descansa. Deja reposar unos minutos; esto ayuda a evaporar la humedad.
- Segundo baño. Sube el aceite a 190 °C y fríe de nuevo hasta que estén doradas y crujientes, unos 2‑3 minutos.
- Sazona al final. Sal gruesa justo después de sacarlas del aceite para que se adhiera bien.
Si no tienes una freidora, una olla profunda funciona igual. Lo importante es mantener la temperatura constante; un termómetro de cocina te será útil.
Curiosidades y consejos extra
En Bélgica se sirven más de 800 salsas diferentes para acompañar las papas fritas. La mayonesa es la favorita, pero también puedes probar salsa andaluza (tomate con pimentón), ketchup de trufa o la tradicional “samourai”.
Para una versión más saludable, prueba hornear los bastones a 220 °C durante 25‑30 minutos, volteándolos a mitad de cocción. No será tan crujiente como el doble fritado, pero sigue estando rico.
¿Quieres darle un giro? Añade hierbas frescas picadas (romero o tomillo) después del segundo baño y una pizca de ajo en polvo. Obtendrás papas aromáticas sin esfuerzo.
En los cafés belgas, la porción típica es de 250‑300 g, servida en un cono de papel que permite agarrar las fritas con la mano. Si preparas una reunión en casa, sirve en cuencos pequeños y pon varias salsas a elección para que cada quien se sirva a su gusto.
Ahora ya sabes por qué las papas fritas belgas son tan veneradas y cómo reproducir ese crujido en tu cocina. Anímate a probar la técnica del doble baño, experimenta con salsas y comparte el placer con amigos. ¡Buen provecho!
Día Nacional de la Papa Frita: Celebración y Orígenes

- agosto 21 2024
- 0 Comentarios
- Jorge Merino
Cada 13 de julio se celebra el Día Nacional de la Papa Frita, honrando un popular acompañante que se ha vuelto parte esencial de numerosas cocinas alrededor del mundo. Desde su invención en Bélgica hasta su adopción global, las papas fritas tienen una rica historia que explora sus orígenes indígenas, su introducción europea y su evolución en la gastronomía moderna.
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