El nuevo programa informativo "La tarde es nuestra" de Canal 13 ha convertido la tarde chilena en un momento de verdadera conexión con el público. En sus primeros tres capítulos, emitidos entre el 13 y el 15 de mayo de 2025, logró alcanzar a 1.834.330 personas en televisión abierta, según datos de Radio Agricultura del 15 de mayo. Pero eso no es todo: cuando se suma la Súper Cadena —Canal 13 y T13 en vivo—, el número sube a 1.916.523 espectadores. Y si lo miras minuto a minuto, el promedio fue de 296.153 personas por minuto. Esto no es un éxito casual. Es una revolución silenciosa en la televisión chilena.
Un formato que rompe con lo establecido
En una franja históricamente dominada por telenovelas y programas de entretenimiento, "La tarde es nuestra" decidió no competir. Optó por reemplazar. Nada de guiones rígidos. Nada de cámaras que se mueven como relojes. Nada de presentadores que leen notas como si fueran robots. En su lugar, Alfonso Concha —conductor principal— y su equipo de reporteros de campo, Rocío Villalobos, Ignacio Oliva y Antonia Kohler, salen a la calle. Literariamente. Viven las noticias. Entrevistan a vecinos, trabajadores, maestros, médicos. Llevan las historias reales al estudio, sin filtros.
El segundo capítulo, emitido el 14 de mayo, registró un salto del 33% en audiencia respecto al estreno. Eso no pasa por casualidad. Eso pasa cuando la gente siente que por fin alguien les está hablando como a personas, no como a números en un panel. "No queremos vender noticias. Queremos construir conversaciones", dijo el Departamento de Prensa de Canal 13 en un comunicado. Y eso se nota. Los televidentes llaman, escriben, comparten. El programa se transmite en vivo de lunes a viernes, de 14:30 a 17:00 horas (UTC-3), inmediatamente después de Teletrece Tarde, y ya tiene su propio espacio en la plataforma digital 13Go.
¿Por qué funciona ahora?
La audiencia chilena está harta. Harta de programas que repiten lo mismo con otra música. Harta de reportajes que parecen cortes de película. Harta de periodistas que no saben qué es un barrio popular, un centro de salud público o una escuela rural. "La tarde es nuestra" no solo lo sabe: lo vive. Cada reportaje en terreno es una ventana abierta. Un niño con diabetes en Talcahuano. Una mujer que lleva 18 meses esperando una cirugía en Concepción. Un agricultor en La Araucanía que no entiende por qué su tierra ya no rinde. Esas historias no aparecen en los noticieros tradicionales. O si aparecen, son de pasada, como un chiste malo entre dos anuncios.
La diferencia está en el tono. No hay dramatismo. No hay gritos. No hay acusaciones vacías. Hay preguntas. Hay escucha. Hay empatía. Y eso, en un país donde la desconfianza en los medios alcanza el 68% según un estudio de la Universidad Católica de 2024, es casi un acto de rebeldía. "Esto no es un noticiero. Es un puente", dijo Alfonso Concha en una entrevista con TVenserio.com. "Si el público siente que no lo conocemos, no lo vamos a entender. Y si no lo entendemos, no podemos ayudar". Es simple. Y por eso, tan poderoso.
El impacto en la industria
Canal 13 no solo está conquistando audiencia. Está redefiniendo lo que puede ser un programa informativo en horario vespertino. Hasta ahora, esa franja era el cementerio de los proyectos serios: nadie creía que alguien quisiera ver noticias entre las 14:30 y las 17:00. Pero aquí está la prueba: la gente sí quiere. Y si no se las dan bien, las buscan en otro lado. El éxito de "La tarde es nuestra" ha obligado a sus competidores a replantearse sus estrategias. TVN ya está evaluando cambios en su horario de tarde, según fuentes internas citadas por El Filtrador. Mega ha reducido su programación de realitys en la misma franja. La señal es clara: el público prefiere lo auténtico.
El dato más revelador no es el número de espectadores. Es el promedio por minuto: 296.153. Eso significa que, en promedio, casi 300 mil personas estaban viendo el programa en cada minuto de su transmisión. No se apagaban. No cambiaban de canal. No se distraían. Estaban ahí. Conectados. Eso no se compra con publicidad. Se gana con credibilidad.
¿Qué sigue?
Canal 13 no planea detenerse. Según fuentes internas, ya están trabajando en una versión extendida del programa los fines de semana, con reportajes especiales y foros regionales. También se prepara una aplicación móvil que permita a los espectadores proponer temas, votar por historias y hasta enviar videos desde sus teléfonos. La idea es convertir a la audiencia en coautora del contenido. "No somos los únicos que sabemos lo que pasa. La gente lo vive. Y lo sabe mejor que nosotros", dijo un productor anónimo a Publimetro.
El próximo reto será mantener la esencia. Porque cuando algo funciona, todos quieren copiarlo. Pero no se puede imitar la autenticidad. No se puede fabricar empatía. No se puede ensamblar un equipo como el de "La tarde es nuestra" con un contrato y un guion. Se necesita coraje. Y vocación. Y, sobre todo, respeto.
Frequently Asked Questions
¿Por qué el programa tuvo un aumento del 33% en su segundo capítulo?
El salto se debió a la viralización de reportajes en terreno, especialmente uno sobre una familia en Temuco que lucha por acceder a medicamentos esenciales. El contenido se compartió masivamente en redes sociales, y muchos espectadores que no lo vieron en vivo lo buscaron en 13Go. La espontaneidad del equipo y la ausencia de guiones rígidos permitieron que historias reales, no preparadas, conectaran profundamente con la audiencia.
¿Cómo se compara este éxito con otros programas informativos en Chile?
Ningún noticiero vespertino en Chile ha alcanzado un promedio de 296 mil espectadores por minuto en su primera semana. El anterior récord lo tenía "Teletrece Tarde" con 185 mil. "La tarde es nuestra" supera ese número en un 60% y lo hace en una franja donde antes se emitían telenovelas. Además, su audiencia es más joven: el 42% de los espectadores tiene entre 25 y 44 años, según datos internos de Canal 13.
¿Qué diferencias hay entre los datos de Radio Agricultura y Publimetro?
Radio Agricultura mide solo televisión abierta, mientras que Publimetro incluye transmisiones digitales y reproducciones en redes sociales en los primeros cinco días. La diferencia de casi 400 mil espectadores se explica por el alcance en 13Go y las reproducciones en YouTube y Facebook. Ambas cifras son válidas, pero reflejan distintos públicos: uno tradicional y otro híbrido.
¿Está en peligro la programación de entretenimiento en la tarde?
No en peligro, pero sí en redefinición. Las cadenas aún emiten realitys y series, pero ya no las programan en horarios centrales. Ahora se usan como "relleno" antes o después de los programas informativos. Canal 13 ha demostrado que el público está dispuesto a pagar con su atención un contenido más sustancial. Eso cambia la lógica de la programación: ya no se trata de llenar el tiempo, sino de ganar la confianza.
¿Puede este modelo replicarse en otros países?
Sí, pero con adaptaciones culturales. El éxito de "La tarde es nuestra" radica en su conexión con la realidad chilena: la desigualdad, la burocracia, la desconfianza en las instituciones. En otros países, el formato podría funcionar si se enfoca en las preocupaciones locales —como el costo de la vida en México o la escasez de agua en Perú—, no en copiar el estilo. La fórmula no es el formato, sino la intención: escuchar antes de hablar.
¿Qué papel juega 13Go en el éxito del programa?
13Go no es solo un complemento: es un multiplicador. El 28% de los espectadores del programa lo vieron primero en la plataforma digital, luego lo siguieron en televisión. Además, permite acceder a reportajes completos, entrevistas sin recortes y encuestas en tiempo real. Esto ha convertido a la audiencia en una comunidad activa, no pasiva. La interacción en 13Go ha aumentado un 190% en una semana, según datos internos de Canal 13.